Hace algunos días, una familia le pidió un consejo a una madre, quien con una mirada triste dijo: “yo no tengo derecho a aconsejar a nadie, y en particular cuando se trata de cómo instruir o enseñar a los hijos, porque, los míos no están en los caminos de Dios”.
Cuando escuché a ésta madre, sus palabras quedaron dando vueltas en mi cabeza.
Mis pensamientos me llevaron a reflexionar que hay padres y madres que en algún momento de su vida sintieron que habían fracasado en criar a sus hijos.
Pero ¿por qué llevar esta carga tan pesada?, ¿por qué echarnos la culpa de todos esos fracasos?, y algunos responderán: “me faltó dar más de mi” o “cometí demasiados errores” o “les he dejado una mala herencia”.
Probablemente esto sea cierto en determinada medida, pero de algo que sí debemos estar seguros, es que los hijos son los que deciden seguir el camino de la salvación o el camino de la perdición
Hace muchos años atrás, un Maestro extraordinario, tuvo a su cargo doce alumnos, a quienes les enseñó, los llevó consigo, caminaron con Él, vieron sus buenos ejemplos, y disfrutaron de tantas cosas que de seguro no están escritas en sus memorias, y qué decir de esos momentos de consejos y enseñanzas.
El propósito de este Maestro es que sus alumnos siguieran sus pisadas, pero, tristemente no fue así; uno de ellos no le creyó, otro no aprendió a cumplir sus promesas y lo negó, otro lo vendió; ¿cuánto abandono y cuánto dolor experimentaría este Maestro en Su corazón?.
Los cuidó, les proveyó, les alimentó y cuánto tiempo dedicó en oración a su favor. La pregunta es ¿sería en vano lo que hizo este Maestro por Sus alumnos?, ¿sería que fracasó, porque algunos de sus alumnos se desviaron de sus enseñanzas e instrucciones?
¡No!, todo lo contrario, El Maestro murió y después de resucitar buscó a aquellos a quienes Él les enseñó (Lucas 24:50) y alzando Sus manos los bendijo, ¡Sí!, Él seguía creyendo que Sus enseñanzas y palabras dadas a ellos no habían sido en vano.
El rey David, en el Salmo 55:22 dice: “Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.”
Te animo a alegrarte en el Señor, pues tu trabajo no ha sido en vano, y más pronto de lo que te imaginas, verás con tus propios ojos, el cumplimento de lo que tú determinaste “
si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios.
Josué 24:15 Traducción en lenguaje actual
Por: Jenny Gomez
Directora de Unción Kids