Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza (salmo 83:2). Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar (1 pedro 5:8). Y uno de los ancianos me dijo: no llores. He aquí que el león de la tribu de Judá; la raíz de David, ha venido para abrir el libro y desatar sus siete sellos (Apocalipsis 5:5).

PRINCIPIOS 

  • La biblia regularmente usa las características de los animales para mostrar destrezas y habilidades de los seres humanos. Dice que el diablo parece un león rugiente, pero también de Jesús dice que es el León de la tribu de Judá. La oración violenta nos une al rugido del León de la tribu de Judá, nuestro Señor Jesucristo es el primero en ser violento en sus declaraciones en la oración. De hecho, las oraciones más cortas fueron las más poderosas. Levántate, toma tu lecho, y anda (Juan 5:8); ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la vista. Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado (Lucas 18:41-42). La oración violenta incluye:
    1. La percepción que tenemos de nuestro entorno, como vemos los problemas, y que estamos dispuestos a invertir para ver resultados: tiempo, esfuerzo, fe, finanzas y más.
    2. Una fe agresiva: saber que lo que es justo Dios lo contesta, entonces nos paramos firmes en la fe hasta que suceda.
    3. Oración perseverante: es un asunto donde no hay codicia, avaricia, deleites, entonces el cielo responderá, por lo que no dejaremos de orar hasta que suceda.
    4. Esperamos con esperanza: permitimos que nuestra fe se deleite, permaneciendo firmes, fortalecidos, creciendo en estatura espiritual y caminando como viendo al invisible.
  • Nunca se podrá comparar el rugido de los adversarios al rugido del León de la tribu de Judá. Debemos sentirnos seguros que es más grande el que está en nosotros que el que está en el mundo. “Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: ve a lavarte en el estanque de Siloé” (que traducido es, enviado) (juan 9:6-7). La oración violenta tiene refuerzos poderosos como son los actos de fe o simbólicos, algunos les llaman actos proféticos, cuando desarrollamos un acto de fe para hacer fuerte la oración violenta. Eliseo uso la sal para sanar las aguas saladas de los manantiales de Jericó (2 Reyes 2:20). Jesús escupió en la tierra y uso el ‘’lodo’’ para ungir los ojos del ciego, el León rugió para echar fuera la ceguera, en cada momento sabemos que somos la boca de Jesús y lo mismo sucederá en nuestra oración violenta.
  • Cuando nuestro Dios levanta la voz, es como el rugido de un león que hace temblar a toda la selva, las naciones mismas temblarán a su potente voz. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel (Joel 3:16). Dios responde a nuestra oración en la intensidad en que nosotros estemos orando. Violencia trae violencia, Jesús oró violentamente: y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en sudario (juan 11:43-44). Ante una oración violenta, el padre respondió de la misma manera, la muerte huyó y la vida fue manifestada.

APLICACIÓN

¡Tengamos confianza en el rugido de nuestro Dios! Aunque nuestro adversario el diablo anda como león rugiente buscando aquien devorar, si estoy en paz con Dios, Él peleará por mí. Cuando tenemos claro nuestro entorno, porque lo que pasa en lo físico es una imagen de lo que está pasando en lo espiritual. Conocemos la resistencia espiritual cuando tenemos la capacidad de analizar lo que pasa en lo físico. La iglesia hacía oración sin cesar, mientras que Pedro estaba en la cárcel ¿era legal el encarcelamiento de Pedro? ¡No! Desde ahí ya sabemos que la resistencia espiritual es ilegal, entonces ellos siguieron orando hasta que Dios respondió.

¡La fe produce confianza! ¡La esperanza no avergüenza! Caminar confiados en el poder de Dios nos dará firmeza en esperar lo mejor cada día. Él rugirá a nuestro favor porque somos sus hijos. Dios se agrada cuando le demostramos confianza, sacamos una sonrisa de su boca cuando caminamos firmes y confiados en Su rugido. Nuestra confianza es un regalo que dejamos como legado a nuestras generaciones. Demostremos que estamos seguros en Él, echando fuera todo temor de nuestros corazones y venciendo la inseguridad.

OREMOS

Mi buen y maravilloso Dios, cuánta confianza me da saber que tu peleas por mí, tu rugido es más grande que el rugido de mis adversarios ¡no puedo temer en absoluto porque tú estás conmigo como poderoso gigante! Tu gracia sobrepasa toda adversidad, tengo fe y confianza, ¡estoy persuadido que mi futuro es grandioso y estoy listo para ser dignificado por tu inmenso amor! ¡amado Dios ruge a mi favor! Aunque muchos son los adversarios no tengo miedo, soy libre para acceder a tu gracia, ¡estoy listo para ir a niveles mayores cada día! Tu rugido me da confianza y seguridad, tu limpias mi camino, destruyes el consejo del diablo en mi contra, aunque escuche con temor el rugido de mis adversarios, tu rugido será más grande, y opaca el de ellos. Gracias mi Dios, tu eres muro a mi alrededor, el que levanta mi bandera, el que brinda confianza y seguridad. Estoy listo(a) para mi conquista.

Luz Edilma Bonilla
Directora de Intercesión

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