Volveos a la fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anuncio que os restauraré el doble (Zacarías 9.12).

Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel (Joel 3.16).

PRINCIPIOS 

1. Esperanza, se traduce como esperar con anhelo, por lo general con placer; expectación  o confianza. Cuando unimos la oración violenta, atrevida y perseverante con la esperanza, veremos concluidas muchas promesas que el Padre pondrá en nuestra manos. Por lo general el ser humano quiere las cosas para “ayer”, somos ansiosos, desearíamos abrir la boca y que Dios actúe de inmediato, en segundo tener lo que pedimos resuelto. Pero la oración que persevera es porque añadimos la esperanza, sabiendo que esperamos creyendo que el Dios de los cielos responderá de acuerdo a su perfecta voluntad. Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5.5). 
2. La esperanza está siempre asociada a la fe. No podemos esperar algo que no se haya formado o engendrado en nuestro espíritu por medio de la semilla de fe que el Espíritu hace crecer en nosotros. Cuando Abraham escuchó a Dios que le haría padre de naciones y su descendencia sería tan grande como las estrellas del cielo, fue engendrada una semilla en su espíritu que fue creciendo. La promesa llegó muchos años después. De hecho en un momento de ansiedad y desesperación Abraham cometió el terrible error de ayudar a Dios con su esposa para traer un hijo a través de su esclava. Cuando la semilla esta bien engendrada, la esperanza nos ayuda a seguir creyendo aunque no veamos resultados.
3. ¿Se tardará Dios en responder? ¡Pronto lo hará! La oración que persevera es tener la misma actitud siempre, esperando en Dios, debemos tomar el consejo del Señor al profeta Habacuc: Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará (Habacuc 2.2-3). La oración que persevera nos da la oportunidad de mantenernos en pie frente a cualquier resistencia humana o espiritual que nos estorbe en la fe para seguir creyendo. Orar con fe, creer que llegará, mantenernos en esperanza, ese es el camino. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? ¡Dios está esperando que no desmayemos y la oración nos ayudará hasta ver la promesa cumplida.

¿Tienes una lista clara de las promesas por las cuales estás haciendo Milicia Espiritual? ¡Escríbelas en tablas, declara que sucederá! Léelas dos o tres veces diarias y declara que sucederá, no pongas tu mente en las circunstancias adversas, recuerda que tienes poder para reprender demonios, y dispón tu corazón para seguir creyendo, oración perseverante. 

OREMOS

Maravilloso Padre celestial, gracias por mostrar tu poder y tu gloria, por tus promesas que son fieles y en las cuales me he parado firme. Estoy esperando en ti, sigo creyendo sabiendo que no eres hombre para que mientas ni hijo de hombre para que te arrepientas. Has prometido y cumplirás con tu palabra. Tengo promesas firmes, he creído y estoy parado en la ruta de la fe creyendo que todo llegará en tiempo y forma según la manifestación de tu gracia y bondad haciendo visible lo invisible! Estoy clamando como el padre angustiado de su hijo enfermo, creo, ayuda mi incredulidad. No quiero que mis debilidades me desvíen de mi propósito eterno. Ayúdame, dame la fuerza para vencer todo obstáculo y poder permanecer en la esperanza. Hoy recibo la impartición de sabiduría y conocimiento que me permita entrar a tu corazón y creer que el cielo se hará manifiesto a mi favor. Quiero creer en esperanza contra esperanza y seguir esperando en tu abundante gracia y favor para mi vida.

Luz Edilma Bonilla
Lider Dpto. Intercesión